No existen palabras ni fotografías que hagan justicia al verdadero esplendor de Chichén Itzá. Solamente cuando el visitante vive por sí mismo la experiencia de estar al pie del Cenote Sagrado, o frente al Castillo, adquiere una imagen real de la verdadera historia de este sitio, de la grandeza de su pasado y de la gloria del pueblo Maya de Chichén Itzá.
La civilización Maya es considerada como una de las más complejas y brillantes de su tiempo. La civilización Maya perduró hasta el año 900 DC in la península de Yucatán (México) y partes de Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador. Debido a sus logros en áreas como la ciencia, la escritura, matemáticas, astronomía y religión, pilares fundamentales de su civilización, la civilización Maya es aún un misterio intrigante.
Muchos de sus complejos jeroglíficos continúan sin ser descifrados, lo que imposibilita comprender por completo sus escrituras. El pueblo Maya estaba fascinado con los fenómenos astronómicos, en particular por los diferentes ciclos del sol, los planetas, la luna y las estrellas, de cuyas observaciones escribieron profusamente en códices en los que registraron infinidad de datos sobre sus movimientos.
Desde el Observatorio que construyeron, el pueblo Maya podía predecir ciclos agrícolas, eclipses y el calendario más preciso conocido hasta la el día de hoy. Fue un sitio de magia y misterio y ejerció su poder durante siglos y hasta su declive fue considerado sagrado.
Cuando los Toltecas invadieron Chichén Itzá, alrededor del año 1.000 DC, realizaron sacrificios humanos e impusieron una disciplina militar desconocida para el pueblo Maya. Durante el período de fusión de las culturas Maya-Tolteca se construyeron las estructuras que se encuentran al norte de Chichén Itzá, de las que se destacan el templo de Kukulcán y el templo de los Guerreros.
Aquí florecieron el arte, la astronomía, la agricultura y la arquitectura. Los Mayas comprendieron el concepto del espacio entre cero y uno, y utilizaron el sistema de numeración binaria que se utiliza en la actualidad en las computadoras.
Su calendario es el más preciso de todos los conocidos hasta hoy y no requiere de años bisiestos para realizar ajustes. Ellos conocían la penicilina 199 años antes de que nosotros la descubriéramos. Sus cálculos astronómicos basados en el “Norte Real” teórico, les permitieron crear el efecto de la serpiente que desciende por las escaleras durante el equinoccio.
Las mayores estructuras de la ciudad son: el Castillo (o Templo de Kukulkán), el Convento de las Monjas, el Caracol (observatorio astronómico), el Templo de los Guerreros con sus magníficas columnas esculpidas, el Juego de Pelota, el Templo del Jaguar y el Mercado.
Dos grandes cenotes (ojos de agua subterránea) son la principal razón de la ubicación de Chichén Itzá. Uno de ellos proveía de agua dulce y fresca a la población, mientras que el otro recibía las ofrendas y sacrificios humanos y de animales en sus aguas oscuras en rituales de purificación, celebración y renovación.
Ya en otros artículos más adelante hablaremos de cada detalle de Chichen Itzá.
Información cortesía de: Mayaland